Y ahora, la historia de un pendejo:

Wow no escribo algo desde el verano 2021, tengo varias cosas en “dratfs” pero no encuentro palabras o inspiración para terminar alguno todavía. Tengo una buena historia que contar que quizás muchos se identifiquen. Enjoy!

Fue un viernes 25 de marzo 2022, fui a Plaza Las Americas de compras en American Eagle, me bajo del carro cuando me percato que viene una chica caminando, le sonrío como siempre hago, me pongo los audífonos y sigo mi camino, le abro la puerta ya que estaba detrás de mi. Me lo agradece—lo cual quedo sorprendido porque últimamente me miran mal al abrir puertas. Entramos y caminando en el pasillo me percato que vamos en la misma dirección, para la misma tienda, hacemos la fila del probador a la misma vez ella se da cuenta que estoy detrás de ella y me dice: “Me estás siguiendo?” Le contesto: “Pareciera pero no”; nos reímos y tuvimos una conversación pequeña sobre el uso de marcarillas—Ya que no hay mucho de que hablar hoy día. Nos toca el turno a la vez (escucho su nombre cuando se lo preguntan) Salgo del probador agarro otras cosas, hago la fila y quien esta detrás de mi nuevamente? LA MISMA CHICA! Me dice: “Amigo”, lo cual me permitió tener otra conversación corta con ella. Seguimos hablando de forma de chiste que ambos fuimos a comprar pantalones—Todo va bien hasta ahora no?, me toca pagar y justo cuando me volteo para preguntarle su numero de teléfono o alguna manera de conseguirla…(tensión)…se me activó mi “inner pendejo”, el “pendejometro”, la inseguridad con la que llevo viviendo los pasados 4 años. Me dio el temblequeo de nervios y en vez de hacer eso le digo…“Un placer…Víctor”

Lo único que me llevé fue su nombre—Liz, su edad—32 y su talla de pantalón—2

Mientras caminaba por el centro comercial pensé de todas las maneras las cuales pude haber mejorado ese encuentro. Hasta pensé que quizás ella se acordara de mi carro y me dejara alguna notita como en las Rom-Coms. Que cosa los nervios no? La verdad es que no son nervios, le tengo pánico a las mujeres que no conozco—mas si son bonitas—es como un mecanismo de defensa automático, no sé como apagarlo y tampoco manejarlo.

Quizás en un tiempo reaccionaría de otra manera, pero, así fue como sucedieron las cosas.

Lección, no sean pendejos. Hasta la próxima.

-Vitín-

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