Por cada minuto que estás enfadado, pierdes sesenta segundos de felicidad. -Ralph Waldo Emerson-
Estaba trabajando en otro escrito pero los otros días me encontraba lavando platos, si yo lavo platos, y me dije a mi mismo de repente: “Wow, yo era mas feliz.” A que llego, empece a ver fotos viejas y, no soy sicólogo, siquiatra ni experto en comportamiento humano, pero note que antes tenía mas luz en mi expresión natural, mirada, sonrisa, note menos oscuridad en esos momentos.
En que punto la fui perdiendo exactamente, no me acuerdo. Entonces comencé a comparar fotos de antes con fotos de ahora. La diferencia que encontré no fueron mas líneas de expresión o menos pelo…sino menos luz. Note cierta tristeza y molestia en mi expresión. Hice un ejercicio de introspección, me mire en el espejo y analice todo. Llegue a esa misma conclusión. Yo era mas feliz. Si de algo me doy cuenta es que nacemos felices, inocentes y llenos de mucha energía. Eso se agota con el tiempo. En todos lados se lee que la felicidad depende de nosotros mismos. Tengo otra teoría: ¿”Y si la felicidad depende de las experiencias vividas? Una persona que por ninguna razón le ha ido mal una gran mayoría de su existencia ¿es feliz?” Quizás al igual que a muchos, las malas experiencias me han llevado a este preciso momento y sentimiento. Experiencias como los mal de amores, abandono de amistades, familiares, decepciones inesperadas, la lista puede ser infinita como lo puede ser corta. No malinterpreten, no soy completamente infeliz y no utilizo esos sentimientos para hacer sentir mal a otras personas, tengo mis momentos espectaculares, como cuando comparto con mi madre, con amistades y trabajando, pero fuera de eso, nada…el sentimiento es neutral
Creo no ser el único que siente esto. Se que no todos estarán de acuerdo con esto, repito, no soy un experto en estas cosas, solo escribo mi pensar, pero a quienes le llegue este escrito les digo, no estas solo, no estas sola. Se que se siente raro a veces y es hasta incómodo sentirse así cuando uno realmente no quiere, pero tengo esperanzas que nuestra luz, como dice nuestro amigo Tommy Torres “tarde o temprano”, volverá a brillar como antes.
Hasta la próxima.
-Vitin-
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Somos la suma de la gente que encontramos en nuestro camino de vida, y de las experiencias que vivimos. Somos luz y amor. Esa luz y ese amor, se alimenta, al estar conectados con los que amamos y sobretodo con Dios.
Totalmente de acuerdo. Y esas experiencias, aunque pueden no ser las que quisiéramos, cuando auto-realizamos que no somos felices, tenemos la herramienta para cambiarlas y no apagarnos. A eso se refiere el dicho “la felicidad depende de nosotros mismos”. Sin esa conciencia, no podemos salir de nuestra zona de confort cuando es necesario y así vivir nuevas experiencias que nos lleven a ser mejor ser humano. Porque crecer como persona es lo que nos da el conocimiento necesario para superar adversidades y tomarlas desde una perspectiva que no nos afecte. De ahí viene la felicidad, de un estado emocional estable. No debe ser confundida con momentos de alegría. Esos, aunque importantes y preciados, son pasajeros. El reto está en adquirir el conocimiento necesario para lidiar con los momentos difíciles. Porque esos también son parte de la vida. Para mi, los problemas del mundo son solo eso, del mundo, nosotros somos más. Lo veo como si hubiéramos venido a jugar. Es un juego de buenas y malas decisiones.